Gabriel Tapia, guía turístico y ex trashumante.
“Actualmente soy operador turístico y guía del sitio arqueológico que tengo en mi propiedad. Realizamos un relato contando la cosmovisión de nuestro pueblo campesino y las estrellas. En mi terreno poseo 50 piedras con más de 200 petroglifos y es el segundo sitio arqueológico de la comuna”.
Es lo que explica Gabriel Tapia, guía turístico y ex trashumante, quien actualmente se dedica a criar ganado y atender a turistas en su casa. “Los pueblos originarios observaban el cosmos por un tema de sobrevivencia. Seguían los astros y respetaban los ciclos lunares, tema que se ve reflejado en los petroglifos”, comenta.
Su historia personal llama mucho la atención porque, según recuerda, “antes fui trashumante, labor heredada por mi padre. La trashumancia tiene relación directa con la naturaleza y consiste en la búsqueda de pastos verdes para que el ganado pueda alimentarse. En invierno vamos al sector de la costa y en verano a la cordillera. Hasta el día de hoy se realiza trashumancia a la cordillera”, revela.
Combarbalá es una de las principales localidades donde hay testimonios de las antiguas culturas que poblaron el valle del río Limarí. Al interior de Ramadilla, en el sector de Pama, existe gran cantidad y variedad de petroglifos. Destacan también el Rincón de las Chilcas, al interior del poblado de Cogotí, donde está el mayor número de vestigios dejados en roca por los indígenas durante el periodo precolombino, explica Gabriel Tapia.